Yo soy más fuerte que
tu, así que te ayudare Eithan –Braxas miro con una risa a su hermano, viendo como el chico trataba de sacar la punta de su espada de la pared de piedra de su habitación –no
tienes que hacerlo Braxas, se que muestro padre quiere que acecine a los
ángeles y no me dejara salir del inframundo, hasta que lo haga. –su hermano
Eithan, tenía solo un par de décadas, aunque parecía de un chico de doce años,
pero a plena vista parecía tan frágil a pesar de que su cuerpo era musculoso.
Tanto él como Eithan eran hijos de madres humanas. Sus madres habían muerto tratando de protegerlos de Cano su padre.
Tanto él como Eithan eran hijos de madres humanas. Sus madres habían muerto tratando de protegerlos de Cano su padre.
Antes que llegara
Eithan al inframundo, Braxas mataba pero no por sed de sangre. Sino para
poder ir a la superficie a ver la tumba de su madre.
Para ellos era
completamente difícil tenían que engañar a todos los otros demonios. Braxas ya
tenía cientos de siglos en el inframundo y había construido una reputación con mucha sangre en
sus manos, tanto de ángeles, demonios y de humanos.
En cambio Eithan por el
tiempo que había estado en ese lugar. Solo había matado a demonios, pero a
ningún otro ser.
El recordaba a su madre tan claramente, que cuando le hablaba a Braxas de ella, era como si sintieran su calidez en la habitación.
El recordaba a su madre tan claramente, que cuando le hablaba a Braxas de ella, era como si sintieran su calidez en la habitación.
Cuando vio a su hermano
a su llegada al mundo oscuro, dijo que no duraría ni una década en ese lugar
inmundo, en cambio la primera vez que le trajeron a un ángel él se quedo
embelesado con él, al final se enfrento con Cano para que lo dejaran libre. A
causa de eso lo azotaron a Eithan.
Braxas… ¿qué te pasa?... –pregunto Eithan. No es
nada… feliz cumpleaños hermano –se acerco al pequeño poniendo sus manos sobre
sus hombros. Tan rápido –dijo sin sentimiento alguno, se alejo de Braxas,
tomando lugar en frente del ventanal. No puedo creerlo… ya un siglo ha pasado...
Sabes que él nunca me dará la libertad, ¿verdad?... Y mi cuerpo no envejecerá si
sigo en este lugar. –miro a Braxas con los ojos de un anciano, apesar de su joven apariencia.
Fue causa de su padre Cano. El lanzo un hechizo al niño, el cual llegara a romper si acecina a un ángel.
Fue causa de su padre Cano. El lanzo un hechizo al niño, el cual llegara a romper si acecina a un ángel.
Así que lo sabes
–Braxas dijo con un tono neutro, aunque le causaba mucho dolor por que el alma
de su hermano caería en desesperación. Me envió para… tu prueba… -no pudo
terminar la oración, se dirigió a la puerta y la abrió para dar paso al pequeño.